El malestar en la CGT después del escandaloso desenlace de la marcha del martes no parece próximo a cesar. Mientras la conducción se reparte culpas por la falta de control del acto, los distintos sectores que integran la central obrera salen a poner más presión y siguen sin ponerse de acuerdo para anunciar una fecha de paro general.
Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña quedaron acorralados por el reclamo de las agrupaciones y saben que por estas horas deben dar definiciones. Sin embargo, se encuentran tironeados por los distintos sectores que integran la central obrera, que salen a poner más leña al fuego.
El titular de UPCN y secretario adjunto de la central gremial, Andrés RodrÃguez, sugirió que deberÃan darle una tregua de un mes a Mauricio Macri. "Lo lógico es esperar 20 o 25 dÃas para definir una fecha de paro", dijo y explicó que ese tiempo es para que el Gobierno "rectifique el rumbo de su polÃtica económico-social".
RodrÃguez desmintió que UPCN hubiera reclamado fijar una fecha de paro y desencadenado el caos durante el acto. Por el contrario, aseguró que la columna que encabezaba "estaba lejos" del escenario montado frente a las oficinas del ministerio de Producción.
Su postura de estirar definiciones contrasta con la del ferroviario Omar Maturano, que se mandó solo al señalar que La Fraternidad propone que la medida de fuerza sea el 4 de abril, pero no tuvo respuesta de sus pares: nadie salió a confirmar sus dichos.
Según fuentes sindicales consultadas por LPO, las opiniones también estaban divididas en la conducción: Schmid era el más interesado en definir una fecha de paro, pero Acuña y Daer preferÃan esperar.
La coincidencia está en que todos se suben al tren de la amenaza de una huelga, pero el triunvirato no se define y los reclamos desembocaron en los incidentes que terminaron opacando la manifestación de los trabajadores.
Mientras tanto, desencajados por la crisis que se desató, la cúpula salió a bajarle el tono a los incidentes. Daer los atribuyó a "una minorÃa minúscula que no pertenece al movimiento obrero", quienes "fueron funcionales al gobierno de turno" por "desvirtuar los reclamos populares". En esa lÃnea, sostuvo en declaraciones radiales que en la CGT "hay una unidad que no se va a romper".
Más allá de las declaraciones que pregonan la unidad, las presiones se evidencian fuertes. El secretario gremial de la central obrera, Pablo Moyano, también acusó al kirchnerismo por los incidentes, pero salió a ventilar la interna entre los gremialistas al advertir que si su padre Hugo siguiera al frente de la central obrera "ya hubiese habido paro general".
En esa lÃnea, indicó que "por supuesto que hay bronca, con lo que pasó y porque no salió la fecha" de la medida de fuerza. A pesar de que manifestó que "lo que pasa en la CGT, queda en la CGT".
Muchas miradas apuntaron a Pablo Moyano por los incidentes, ya que como contó LPO, hasta el viernes, la seguridad del evento estaba a su cargo. Sin embargo, ayer por la tarde algunos gremios decÃan que al final habÃa derivado la tarea al panadero Abel Frutos.
"Les quedó grande la movilización a los muchachos del triunvirato y tampoco tuvieron los reflejos polÃticos para contener a la gente anunciando un paro, que en todo caso dÃas después podÃas levantar", explicó a LPO un importante dirigente polÃtico con experiencia en este tipo de movilizaciones.
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Además, si lo que están esperando es que nos conformemos con que se vaya Cabrera y algún otro ministro para no hacer paro, están fritos.
El paro lo tienen que hacer ya, o tienen que renunciar esos tres inútiles que están al frente de la CGT.